En las décadas de 1960 y 1970, gran parte de los barrios periféricos de Barcelona fueron construidos por inmigrantes procedentes de las regiones españolas de Extremadura y Andalucía, a quienes no se consideraba parte de la ciudad. Sus chabolas ni siquiera tenían agua corriente ni electricidad.
Harto de que el Ayuntamiento dijera que el transporte público no podía dar servicio a esas zonas porque las calles eran demasiado estrechas e inseguras, Manolo Vital, un conductor de autobús del principal operador de transporte público de Barcelona, se propone demostrar, al volante del autobús de la ruta 47, que las autoridades estaban equivocadas.
Rodado en: Barcelona, Montcada i Reixac, Manresa.
Fotos: Lucia Faraig