El castillo de Miravet es una fortaleza imponente envuelta por un muro de 25 metros de alto que parece surgir de las rocas, situada sobre un turón dominando el curso del Ebro y las tierras de alrededor. El castillo se dio a la orden del Templo, que lo convirtió en la sede de la provincia templera de Cataluña y Aragón, durante el que sería el período de más poder y esplendor de la historia de Miravet. El fin de esta etapa significó tambén el episodio más dramático de su historia, con un asedio de más de un año, que precedió la desaparición de la orden del Templo. Miravet se ha convertido en uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar catalana de los siglos XII-XIII.