SANTUARIO DE LA GLEVA

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Actualizado: 25/01/2023

Plaça del Santuari
08508 Les Masies de Voltregà
Barcelona

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Laia Gurt

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gurtcl@lesmasiesdevoltrega.cat

El Santuario de la Virgen de la Gleva, situado en Les Masies de Voltregà, es un edificio protegido como bien cultural de interés local.

La iglesia sigue el modelo de espacio centralizado, con capillas en torno y cúpula. A la fachada principal se accede a partir de una gran escalera con dos cuerpos. El muro presenta en la planta baja la puerta de ingreso y en sus laterales dos ventanas rectangulares de reducidas proporciones. Encima de estas dos ventanas, se abren dos balcones de tipología rectangular y para rematar la fachada un ojo que se sitúa sobre la puerta. Las ventanas, balcones y ojo presentan decoraciones de esgrafiados en sus marcos, de inspiración vegetal. La fachada aparece rematada por una cornisa poco pronunciada que realiza un diseño simétrico, coronada por cinco pináculos terminados en elementos esféricos.

El nuevo Santuario contaba con un presbiterio bajo el que se encontraba "la cueva" que coincidía con el lugar donde había sido hallada la Santa imagen. Un retablo en 1480 obra de Ferran Soler Vernedo y el "Brancal" pintado en 1507 por Gurrea y Mesoneda añadieron un gran valor artístico. En 1683 el escultor Pau Sunyer y el tallista Francesc Farriols de Manresa, hicieron un nuevo retablo de estilo plateresco. La prosperidad y magnificencia quedaron repentinamente cortadas cuando en 1759 un rayo destruyó gran parte del Santuario. Entre 1763 y 1767 se realizaron las obras de reconstrucción a cargo del arquitecto de Vic Josep Morató Selles, que añadió la rectoría y la hospedería y dotó al templo de una riqueza ornamental.

La devoción hacia Santa María de la Gleva enseguida fue muy extendida en la comarca. Se encuentran una serie de legados y dejas en su favor, pero uno de los símbolos de la devoción popular fueron las grandes procesiones que desde Vic y otros pueblos de la comarca se hacían, como la del 1337 con motivo de una fuerte sequía que asolaba la comarca y que llegó a dejar seco al Ter. Al llegar a la Gleva, el obispo Galceran Sacosta bajó la imagen de la Virgen hasta el río donde le mojó los pies con el agua que quedaba, haciendo oraciones para que lloviera. Tres días después llovió intensamente, hecho que la devoción popular atribuyó a la intervención milagrosa de la Virgen. El santuario proviene de un primer oratorio, una simple iglesia que seguramente con varias reformas duró hasta 1327, fecha en la que empezaron las obras de un santuario (parece que duraron casi un siglo). Sabemos que era de una sola nave y fue ampliado en 1671.