AINIZE GONZÁLEZ: "Hemos hecho la exposición como un primer acercamiento para que la gente que no conozca a Maya Deren pueda entenderla y que se acerque también al cine experimental sin miedo".

28/03/2025

Entrevistamos a Ainize González, doctora en Historia del Arte por la Universitat Autònoma de Barcelona y coordinadora de las exposiciones temporales de la sede de la calle Montcada del Museo Etnológico y de Culturas del Mundo. Con ella hablamos de la exposición Maya Deren, una cadencia de imágenes que se puede ver en el museo hasta el 7 de septiembre.

Para la gente que no conozca a Maya Deren, ¿quién era y por qué es importante recuperar su figura?

Es una figura fundamental e icónica de cine experimental de siglo XX, que empieza en los años 40. Tiene una obra muy particular. Han dicho que era bailarina, poeta y mucho más. Incluso que fue la pionera de cine experimental independiente en los Estados Unidos.
 

¿Cómo llegaste a Maya Deren?

En la carrera, hace muchos años. En una asignatura que se llamaba Arte y Cultura de Masas. Recuerdo que el profesor nos puso Meshes of the Afternoon (1943) y fue una sorpresa. Veníamos de ver precisamente Un Chien Andalou de Buñuel que tenías esta imagen de película onírica, vanguardista. Y fue así, de casualidad, en una asignatura en la que no sé de qué estábamos hablando, porque no puso más películas de ella, pero fue un hilo del que estirar y empecé a ver toda su filmografía.
 

¿Y por qué decidisteis hacer esta exposición en el Museo Etnológico y de las Culturas del Mundo?

Aparte de ser una figura que siempre me ha interesado. La parte de sus experiencias en Haití era par mi la más conocida. Por casualidad, hace muchos años hicieron una exposición muy pequeña en Suiza y pensé que Maya Deren nos encajaría como esta figura del cine experimental, pero que también estas experiencias en Haití, nos podría dar para analizarlas y exponerlas y para abrir este espacio poético. Y también abrirlas a otras voces contemporáneas, como es el caso de la escritora haitiana-americana Edwidge Danticat o de Gboyega Kolawole, profesor de folclore y literatura comparada en la Universidad de Abuya en Nigeria. Hay que destacar también este carácter ritualista que ella le da al movimiento.

 

 

Era una pionera del movimiento de vanguardias. ¿Crees que las mujeres pudieron experimentar más por estar precisamente en los márgenes del cine?

Es verdad que cuando piensas en cine paradigmático ya te vienen a la cabeza nombres de hombres. Además, Buñuel también tiene un cine que, incluso, Un Chien Andalou tiene una estructura bastante convencional. Pero hay muchas mujeres en el cine experimental. Quizás sí, los márgenes en general te dan más posibilidades de experimentar y probar. 

Pienso que los hombres hacen las cosas inmediatamente y las mujeres van como generando, haciendo una analogía con el embarazo. Es decir, una cosa que va gestándose y que va transformándose. Encuentro que es un concepto muy bonito para hacer esta reflexión: “Yo hago unas películas como mujer que soy”. Con esta cosa de transformación que tenían sus películas, de imágenes que se transforman en otras. Creo que también tiene que ver con este talante y estar en los márgenes también te permite usar lenguajes diferentes.

 

La danza fue también muy importante para ella. De hecho, fue pionera del coreocinema.

Sí. Ya tuvo vinculación con la danza anteriormente, porque en el 41 hace de secretaria con la bailarina y coreógrafa Katherine Dunham en la gira de Cabin in the Sky. En esa gira, se sintió fascinada por el sonido del tambor, que después recuperó en Haití. Esto la llevó Haití, de hecho. Y el movimiento. La Dunham decía que tenía condiciones para la danza incluso, y que se le iba el pie cuando sentía un tambor. Por lo tanto, ella misma también tenía esta voluntad, este deseo de poder moverse. Después lo pasó a la cámara. Han lamado a su cine cinetrance. Por esta cosa de la cámara que se mueve con el bailarín. No es una cosa estática, sino que también forma parte del movimiento. Es una mirada muy particular que tiene que ver con el movimiento y con su interés por la danza y con este carácter ritualista, otra vez, del movimiento

 

 

¿Cómo nació este interés por Haití?

La Dunham aparte de bailarina, también era antropóloga e hizo unos estudios en el Caribe de danzas. Había publicado después un libro. Maya Deren tuvo influencia de estas películas y de este material que la Dunham tenía en su archivo y también de la antropóloga Margaret Mead y de su marido, Gregory Bateson, antropólogo y biólogo. Vio su trabajo de campo fílmico antropológico en Bali y la fascinó. Los movimientos, las películas. Toda esta mezcla y el sonido del tambor y la danza la llevó hacia Haití.
 

¿Qué podremos ver en la exposición?

Hemos intentado hacer una aproximación visual a Maya Deren. Lo que encontréis son algunas películas suyas proyectadas, otras con unos fotogramas seleccionados. Ha habido una selección de unos fotogramas concretos. Todo tiene un mismo relato. Y después en la parte final, hay libros, texto, citas y otras voces.
 

¿Crees que, interesarse por los rituales haitianos y el vudú, malentendido en los Estados Unidos, la perjudicó a la hora de que su obra se conociera?

No la perjudicó. Incluso, cuando fueron a Haití aprendieron ella y su marido, Teiji Ito, que también era músico y compositor, a tocar el tambor y después llevaron la música a Nueva York. Hacían fiestas con música haitiana.

Y su libro Divine Horsemen: The Living Gods of Haiti tuvo mucho éxito. Sí que es verdad, que es un libro que tiene un carácter muy poético y personal, pero tiene un fundamento. Es decir, se documentó desde la perspectiva antropológica. Ha sido también traducido a otros idiomas. No está en castellano, pero en Italia, Alemania, ha tenido recorrido y se volvió a editar. Su editor, Joseph Campbell, en la segunda edición, defiende mucho su metodología particular, pero es un libro que tuvo éxito y no la perjudicó.

 

 

En su época fue muy conocida. Incluso, fue la primera mujer en ganar el premio en el festival de Cannes con Meshes of the Afternoon. Realmente es todavía más curioso que su figura haya desaparecido, teniendo tanto de éxito. 

Totalmente. Quizás tiene que ver con el hecho que murió muy joven. Quizás no. También era mujer y esto influye. Para The Very Eye of Night (1958), que era un proyecto muy importante, le costó mucho conseguir dinero. Estaba siempre luchando. Y esta defensa que hacía, de dar clases en las universidades para explicar su cine. Había una voluntad para que la gente viera las películas, y algunas inconclusas, como Medusa (1949) también, que fue un ejercicio que hizo con alumnos y que no acabó. Para ella era muy importante esta parte didáctica. 
 

¿Y en sus escritos, habla mucho de su proceso creativo?

Sí que reflexiona. Tiene una escritura muy particular. Y también hay audios, un documental llamado In the Mirror of Maya Deren (2001, de Martina Kudlácek), con extractos suyos también. En su libro An Anagram of Ideas on Art, Form and Film habla de ello. Es muy curioso el texto, es muy ella. Aquí reflexiona mucho sobre el cine. 
 

¿Cómo ha sido el proceso de creación de la exposición?

Tenía claro que no queríamos centrarnos solo en las películas acabadas, queríamos ver la figura entera y también con esta parte de Haití y más siendo en este museo, era muy importante. Nos dijimos: “no podemos poner todas las películas”, aunque no son muchas, ¿eh? Entonces, me reuní con las diseñadoras, Anna Alcubierre y las grafistas, Lali Almonacid y Marta Llinàs, e hice un guion. Decidiendo: “estaría bien esta pasarla en película, esta buscar fotogramas”,... Por lo tanto, hice el ejercicio con las películas de bajarme todos los frames y seleccionar. Les trasladé que para mí era importante este sentido del movimiento, este sentido poético, ritualista, y que quería que fuera una cosa también coreográfica, que no solo fuera estática, que no solo fuera cine, también imagen fija, pero también que la gente que no la conociera pudiera hacer un tipo de contextualización visual. Y la parte de Haití la quería archivística. 

Hemos encontrado el lenguaje entre todas, desde el contenido, la primera idea de Anna, hacer una cosa que se pueda mover, que la gente pueda mirar como si fueran pósteres de cine con este elemento coreográfico. Como era una exposición, pensamos que lo que haces normalmente es sentarte en una butaca de cine y ver la película, por lo tanto, nos parecía muy interesante que la gente se moviera. Y que, aparte de evocar esta sensación de movimiento que hacía ella, que lo experimentaras de otro modo. Parecía que visualmente era una buena manera de acercar la gente a su figura. Un poco encajando y encontrando un enlace entre la visualidad y el contenido que queríamos transmitir.

 

Y la parte del final con estas otras voces, ¿cómo hiciste la selección?

Pensé en el escritor Alejo Carpentier que escribió El reino de este mundo, que es un libro paradigmático donde hace un retrato, aparte de duro, fantástico de Haití. Y también encajaba en los años 40 porque a Maya Deren le dan la Beca Guggenheim el 46 y el 47 viaja a Haití, y Carpentier viajó el 43 y el 49 publica el libro. Y también porque es musicólogo, y mostrábamos este interés de Maya Deren por la música haitiana.

 

 

Pensamos en otro lenguaje artístico. Jacques Tourneur por la película Yo anduve con un zombi. Me parece también importante porque era una aproximación totalmente diferente a Haití. No fue él quien fue a Haití, sino que parte de un texto escrito por Inez Wallace y publicado en una revista en los EE. UU. sobre un viaje que hizo en busca de un zombi. Nos interesaba también porque era una voz de los años 40. 

Edwidge Danticat fue por este libro tan maravilloso, que empieza con la cita de Maya Deren, Crear en peligro. El trabajo del artista migrante. Y que después dentro del relato que hemos reproducido en el catálogo, ella habla sobre Basquiat, el pintor haitiano Hector Hyppolite, el vudú, el arte popular, la identidad cultural,... Todo ello, encaja muy bien. Hablamos con ella para incluir este relato y nos dijo que sí. Una voz contemporánea de la literatura haitiana, aunque ella migró a los Estados Unidos, pero nos parecía interesante darle un punto contemporáneo que hablara de Haití.

Y después Gboyega Kolawole. En el catálogo también tenemos este texto sobre la religión yoruba y la hibridación de las prácticas haitianas. Nos parecía interesante también una voz contemporánea que nos hablara de una de las raíces de estas prácticas que es África. Son voces diversas, son motivos diferentes, pero todo nos ligaba.

 

¿Qué crees que se tendría que hacer, aparte de este tipo de exposición, para recuperar la figura de Maya Deren?

Es una pregunta muy difícil. De verdad, no lo sé. Porque ya se programan sus películas y se hacen ciclos. En Xcèntric se han pasado, en la Universitat de Girona también, en Valencia hace poco le hicieron un ciclo, también desde la danza. Incluso desde diferentes disciplinas, pero creo que sí que se tendría que hacer algo para recordarla porque es una figura muy interesante. 

Tuvo una filmografía corta porque murió muy joven, pero creo que estaría bien publicar más cosas sobre ella. Ahora tenemos el catálogo en catalán y castellano, aunque los textos hablen de Haití. Es verdad que, en las bibliotecas, hay poca cosa. Los dos libros más gordos que tenemos en la exposición de sus escritos son de la biblioteca de la UB, otro es de la Tàpies y la mayoría son míos. Es verdad que cuando buscas hay poca cosa, y en las librerías también.

La diseñadora me decía: “Ainize, hemos hecho revivir a Maya Deren”. Es una cosa pequeña para que la gente que no la conozca, pueda introducirse también de una manera sencilla y diferente.

 

 

Las escuelas de cine serían ideales para hacer visitas. 

Sí, tenemos un texto en el catálogo de David Martínez Fiol que es también profesor de Historia de América en la Autónoma. También hemos tenido que dar un contexto a la colonización, cogiendo la esclavitud, la independencia de Haití y también en el contexto de los Estados Unidos en el momento que Maya Deren fue allí. 

La exposición ha sido bastante experimental también. Un poco lo que hacía ella. Fragmentario, de pequeños símbolos que puedes ir cogiendo. No tenemos un espacio muy grande, pero lo hemos hecho como un primer acercamiento para que la gente que no la conozca pueda entenderla y que se acerque también al cine experimental sin miedo. Y nos hemos abierto también por primera vez al cine de masas, de alguna manera, en el museo. 

Para mí Maya Deren es una figura muy interesante, por esta cosa inacabada. Ella también dice que sus trabajos están inacabados, son fragmentarios, especulativos, incluso contradictorios, que tienen un espacio para respirar, que lo necesitamos tanto. Estos espacios que te permiten mirarte las cosas de otro modo.

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