
Este mes entrevistamos a Isona Passola, guionista y productora de cine, es además una de las fundadoras del nuevo proyecto del Espai Texas. Con ella hablamos de esta sala polivalente que reabre con dos salas de cine de exhibición en catalán, dos de teatro también de autoría catalana y un bar.
¿Cómo nació el proyecto actual de reconvertir los cines Texas en el Espai Texas?
Me vinieron a buscar los trabajadores del cine. Estaban en una situación muy precaria y económicamente difícil porque el cine había estado cerrado. También me contactaron la propiedad del cine y la comisión que había de “Salvemos el Texas” de Gracia. Vinieron cada cual por su parte. Yo tenía mucho trabajo y no me lo había planteado nunca, pero fueron muy pero muy insistentes y la insistencia siempre gana. Mi hijo me dijo: “No digas que no, pero haremos un plan de negocio”. Y como la propiedad estaba a favor nuestro y nos ofrecía un alquiler razonable y progresivo, todo salía. Pero se murió uno de los propietarios, decidieron vender el cine y el plan de negocio se fue a hacer puñetas. Los números no salían y me asusté mucho. Fue entonces cuando contacté con Anna Rosa Cisquella. Con ella habíamos hecho teatro desde muy jóvenes con Bozzo y lo que después fue Dagoll Dagom. Es una empresaria teatral muy seria. Le dije que había leído en Libération que los locales que ahora tienen éxito en París y Londres son los que hacen una oferta cultural más diversa, que tienen bar, son acogedores y atraen a la gente a venir al cine y al teatro. Se busca más el cuerpo a cuerpo. Después de tanto tiempo de virtualidad, la gente se quiere ver, se quiere tocar, quiere hablar y comentar. Y le dije: “Te dejo las dos salas de arriba para hacer un teatro de narices”. En Gracia un teatro de estas dimensiones no existe. Hay muchos teatritos pequeños. Y en Barcelona también, hay teatros muy grandes o muy pequeños. Primero dijo que no, pero después que sí. De las dos salas de arriba, con el arquitecto que había hecho el Teatre Lliure, hicimos un proyecto. Pedimos ayudas, como era un teatro muy interesante por la dimensión y sobre todo por esta idea de estar junto con un cine. Le dejé las dos salas de arriba para teatro, pero en las dos de la parte de bajo que son de 185 y 95, seguimos haciendo cine. Además, este cine tenía derecho de bar. En este concepto de espacio diverso, un lugar de encuentro como el bar era muy importante y el arquitecto nos hizo este bar tan bonito. Cuando por la noche salen los actores de hacer la obra de teatro, todo el mundo se queda aquí hablando con ellos. Se produce aquello que previmos que se produciría.
Todos los momentos de arranque son difíciles. Ha habido una gran euforia de participación. La Generalitat nos ayudó a hacer las obras y el ayuntamiento también. Y también Parlem y Abacus, pero no llegábamos. Entonces hicimos un crowfunding. 2.300 personas participaron y recogimos 150.000 euros, que no nos lo habríamos esperado nunca. De gente de Gracia, pero no solo de Gracia. Después vendimos las butacas. Fue un trabajo de equipo entre la gente de teatro, de cine, la gente joven del proyecto entregadísima a la causa. Cuando íbamos por la calle, la gente nos abrazaba. Todavía lo hacen.
Cuando nos decidimos, ni la Sisquella, ni yo podíamos comprar. Entonces, fui a Òmnium que también nos ha ayudado. Y nos dijeron: “Os buscaremos un API o alguien que lo pueda comprar”. Pero la persona que lo quería comprar era un americano para hacer un trastero. Le preguntamos: “¿qué te da el trastero cada mes?, te lo daremos nosotros”. Y el intermediario dijo que ya lo convencería puesto que tendrá lo mismo y se ahorrará las obras de hacer el trastero. Pero esto nos obliga a un alquiler alto, lo tenemos por 15 o 20 años y lo podemos ir renovando. Y, sobre todo, que el intermediario que habla con el americano lo tenemos muy a favor. De hecho, es un socio de Òmnium de Gracia y es un API buenísimo. Estamos muy contentos. Es superenergético y benéfico estar aquí, porque todo el mundo lo celebra mucho. Es un lugar abierto y todo el mundo te lo agradece. No os podéis imaginar lo que es estar aquí mientras la gente pasa.
¿Ha sido muy buena entonces la respuesta del barrio?
No solo del barrio. Nosotros tenemos una especificidad que no tienen los otros y es que lo hacemos todo en catalán. Es el único cine en el mundo que hace toda la programación en catalán. Hay mucha gente comprometida en la defensa del catalán y que ha entendido que nosotros hemos hecho esto para mantener este modelo lingüístico. Sino no habríamos tenido la respuesta del crowfunding. Para abrir un teatro, no se mueve la gente, para abrir un cine tampoco, pero este es muy emblemático y si encima tiene la tradición que ya había de la etapa de Ventura Pons de hacerlo todo en catalán, hay doble motivo.
¿Haréis cine de proximidad?
La programación es de películas premium europeas de reestreno. Nuestros precios son muy populares. Seis euros, en lugar de los 9 que cobran todas las salas. Y el día del espectador, que es el jueves, 4 euros. O sea que nosotros hacemos ya unos precios mucho más populares. ¿Por qué? Por qué reestrenamos las películas más buenas. Ahora estamos con Barbie y no sabéis el éxito que tiene, pero junto a esto en versión original en catalán estrenamos Los encantados, Creatura, El frío que quema, Suro,.. Hemos pasado todas las catalanas. Esto liga mucho con el teatro que hace autoría catalana, ahora estamos haciendo Australia y Pongo, teatro de mujeres, teatro joven que tiene mucho de éxito. Hacemos autoría catalana siempre que sea versión original catalana, porque esta es la imagen del local. Después en cine hacemos versiones subtituladas y, de vez en cuando, ponemos una doblada porque hay gente mayor a la que le cuesta leer. Hacemos una combinación. Todo en catalán, eso sí. Tenemos una programación fantástica. Ahora lo que hemos conseguido es aquello que cuesta tanto que es arrancar y que venga la gente. Hemos hecho puertas abiertas y fue muy bonito. Lo haremos de vez en cuando. Pasamos el corto del Almodóvar Extraña forma de vida, que es del Oeste y como nos llamamos Texas, en inglés y doblada. Lo pusimos en bucle y en el teatro fueron pasando todos los actores. Hubo una gran euforia. No se cabía.
El bar también es muy importante. Se ha especializado en biquinis de calidad. El de trufa se llama Truffaut. Biquinis de porcella caramelizada. El bar no tiene derecho de humos, pero, en cambio, haremos unos biquinis de supergourmet y aperitivos. El lugar de encuentro es fundamental. Entrar en un cine a oscuras, tú solo o con la pareja es diferente a salir y comentar la película mientras tomas algo. El bar da un sentido pleno a la experiencia. Es un valor añadido. Y porque no tenemos más espacio.
Antes hablábamos del micromecenazgo para impulsar el proyecto. Suponemos que una de las principales dificultades del proyecto es la financiación. ¿Ha habido otras dificultades que os habéis encontrado?
La financiación es prioritaria. Si nosotros fuéramos ricos y pudiéramos hacer campañas pagadas en los diarios, en las televisiones, pues iríamos mucho mejor. Añadido a esto va la comunicación, a pesar de que la empresa Barc, que es la que lo lleva, son muy buenos. Estamos optimizando recursos, pero con una superfinanciación podríamos hacer una supercomunicación que es muy importante cuando abres un espacio, después ya se crea la dinámica.
¿Qué más podremos encontrar en el Espai Texas aparte de cine?
Muchísimas cosas. Una de las cosas que nos permitirá amortizar el espacio es, por ejemplo, las presentaciones. Se presentó el otro día la serie Esto no es Suecia. Vendrán festivales, que nos están llamando ya y les hacemos buenas condiciones. Presentación de productos, alquiler de salas,... Estas salas que son supermodernas, cómodas con pantallas y proyectores fantásticos. Son ideales para presentar cualquier tipo de producto. Tenemos a Parlem, Abacus, Òmnium,... Todos podrán pasar a presentar cosas y son nuestros protectores que nos ayudan en la financiación. Es muy importante el alquiler de salas. La ventaja que tenemos al alquilar salas de cine, es que aquí el cáterin funciona muy bien. Que, si presentas lo que sea, aunque sea un producto comercial, a la salida aquí tenemos vinos catalanes buenos y una oferta gastronómica ideal para los cáterin. Y esto nos ayuda a amortizar esta estructura.
¿También haréis matinales para escuelas?
Hay las matinales de los domingos y también las haremos en teatro sábados y domingos. Y después es muy importante, las matinales para las escuelas que ahora empezaremos.
¿Creéis que es importante acercar a la juventud de nuevo a las salas?
Lo que es maravilloso es cuando entran los niños pequeños, es un espectáculo, porque están acostumbrados a verlo todo en pantallas pequeñas. Y entran y ven la pantalla grande y se quedan alucinando. Los jóvenes en grupo vienen al cine. Los encantados han tenido mucho público joven. Las chicas a Barbie continúan viniendo.
Cómo comentabas, ya habéis inaugurado el espacio, ¿cómo está siendo la experiencia?
Vamos inaugurando despacio. Hicimos la inauguración de los mecenas, la inauguración con los patrocinadores y las autoridades. Lo vamos haciendo poco a poco, justamente para no crear aglomeraciones y que vaya funcionando el boca-oreja. Ahora estamos renovando todos los lavabos, por ejemplo. Hacía muchos años que estaba cerrado y todo iba fallando. Hemos renovado las salas, los servicios, todo un poco,... Estamos dudando sobre las palomitas, seguramente las acabaremos poniendo.